A veces nos sucede que ante una competición, dudamos y nos "venimos abajo". Te vamos a dar varios consejos para que te dé el "subidón" en los momento en que más lo necesites. Ahí van los trucos:
● Identifica claramente cuáles son los motivos por los que corres. Cuando los tienes claros te resulta más fácil ordenar las prioridades de las actividades en tu vida. Es más fácil compatibilizar todo y disfrutarás más de lo que hagas en cada momento.
● Identifica los beneficios que te aporta el entrenar y competir en pruebas de maratón. Ten en cuenta todo, desde los buenos momentos que pasas entrenando hasta los viajes que realizas para participar en las pruebas.
● Identifica todos los costes que tiene el maratón. Ten en cuenta lo que inviertes a corto, medio y largo plazo, y valora si estás dispuesto a pagar el precio a cambio de los beneficios que has identificado previamente. Si no es así, busca otras opciones más realistas.
● Observa las posibles incompatibilidades que pueda tener el maratón con otras actividades de tu vida, como el trabajo o las obligaciones familiares, y busca las soluciones.
● Negocia si es necesario, mostrando la importancia que tiene para ti, pero asume que posiblemente tendrás que dar algo a cambio. Frecuentemente los corredores usan tres estrategias: (1) Reivindicar el tiempo que necesitan para sus actividades, (2) comprar el tiempo para entrenar a cambio de su compromiso para otras tareas, (3) compartir su tiempo con quienes demandan su presencia, implicándoles también en los entrenamientos, viajes, etc.
● La familia o las obligaciones no son una excusa: los corredores altamente comprometidos pueden compatibilizar su actividad con otros aspectos sin que baje su rendimiento. Organiza el tiempo.
● Busca un entorno que te asegure el poder llevar a cabo los entrenamientos. Si ir a entrenar resulta demasiado complicado, día a día te costará más desplazarte. Si el entrenamiento te aporta otros beneficios adicionales, como pasar un rato en un entorno natural y agradable -que suelen preferir casi todos los corredores- mejor, pero no es imprescindible.
● Entrenar normalmente con un grupo de compañeros puede ayudarte los días en los que estás más remolón.
● Si pasas por un mal momento, pide ayuda a un experto que conozcas. Cuanto antes te des cuenta más fácil será que te ayude a rendir de nuevo a tu nivel.
Si la motivación incrementa el compromiso, debemos pensar que cuanto más motivado esté un corredor mejor disposición tendrá para entrenar, cuidar su alimentación y realizar todas las tareas que requiere su preparación.
Hay que controlar, no obstante, que no ocurra que una motivación excesiva empuje al corredor a sobrepasar los límites de lo que es adecuado para su preparación. Es decir, tener mucha motivación es algo positivo, pero no debe llegar al límite de provocar sobreentrenamiento, impedir el descanso o la recuperación adecuados, o afectar negativamente a las relaciones personales con el entorno del corredor, entre otras posibles consecuencias negativas.
Por otra parte, además de pensar en cuánta motivación se necesita para correr, se debería pensar en cuál es el tipo de motivación que debe poseer el corredor, ya que se pueden observar diferentes tipos. Para algunos corredores, entrenar o competir en maratones, o el atletismo en general, representan un aspecto de suma importancia en su actividad diaria, hasta el punto de que no entenderían sus vidas sin este elemento. El beneficio que les proporciona la actividad en sí misma les resulta muy atractivo y compensa los costes que todo ello conlleva.
En el extremo contrario, otros corredores sólo pretenden acercarse a la carrera de maratón como una experiencia más, por curiosidad o por motivos pasajeros, como puede ser una apuesta entre amigos o una promesa. La disposición para aceptar los costes que conllevan estos objetivos se limita al plazo que se establece para conseguir esa meta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario